viernes, 24 de septiembre de 2010

CARBÓ CARBÓ, QUE GRANDE SOS!!


Marzo del 78
Diciembre del 82

Cinco años gloriosos, dentro del imponente Alejandro Carbó. Sus escaleras de mármol me vieron subir y bajar infinidad de veces, sus patios con palos borrachos y palmeras inmensas, escucharon las carcajadas que ya desde esa época era tan sonoras, las canchas presenciaron mi patético desempeño en pelota al cesto y voley, pero nadie se aburría durante esos partidos, ja!
    Y esas aulas heladas, de bancos fijos, de techos altísimos, de pisos de madera (que ahora cada tanto se vienen abajo, los de la planta alta, obviamente) y los cubanitos Corbella (que me dieron de comer gratis más de una vez muejejeje) 
    La profe Briozzo y la profe Civallero (de matemática ambas, puaj!) la profe Maders (literatura) la profe Caviche (música, la aturdí los cinco años) la profe Oliva (geografía) la profe Tini González (castellano - amiga de mi mamá, habían hecho la secundaria juntas en Río Cuarto y se jactaba de haberme puesto un 1 grrrr... ¿será por eso que hoy les digo a mis alumnos: “la que ríe último pone el 1"?) la profe Fifa (con sus malditos esquemas de gimnasia) y otras más, cuyos apellidos se perdieron, cuyos rostros se me borraron pero que en conjunto, suman muchas historias.
    Al igual que mis compañeros, tanto de 3º 8º como de 5º 2º de quienes gracias a las fotografías difícilmente me olvide.
    Y cómo olvidarlas a ellas, las "amorosas" las chicas de la alta sociedad cordobesa que habían ido a parar 5º 2ª porque era la orientación más fácil (y bueh... era así) pero que en el fondo eran buenas chicas. Eso sí, su manera de hablar era muy particular… parecían de otro país! Mucho les preocupada el asunto del doble apellido, casi todas ellas portaban doble, y era como una cuestión de distintivo...
    Pero una vez tuvieron la desatinada idea de invitarme a un cumple y bueno, el hechizo de las carcajadas supongo o bien la intriga por lo diferente (léase freak-raro, qué tanto) les hizo pensar que no habían tenido tan mala idea después de todo... Garzón Maceda, Álvarez Rivero, De Maussion, Nores Martínez, Ruiz Moreno, Díaz Colodrero, etc etc ahhhh y por supuesto ella, M. Antonia De la Rúa, ¿quien diría que años después su tío sería presidente, eh? Pues a 5º 2º no le faltaba nada, sin dudas!!   
   Y estaba yo, lógico. Con esa obsesión del doble apellido, una de las amorosas me dijo una vez... decime Corfea (así me decían,,, qué hacerle) tu novio, qué apellido tiene? Ups qué momento. Mi novio de entonces se llamaba Alejandro Díaz, y no era cuestión de largar el Díaz así no más che, no no... así que muy tranquilamente, le dije a la amorosa... Alejandro Díaz Hábiles, esperando la reacción más brutal..la que me condenaría a los eternos infiernos nada amorosos, pero no... 
     Después de pensarlo un poco (bueno, tampoco imaginen que lo pensó una eternidad) ella dijo, amorosamente, claro pues no podía ser de otra manera... Díaz Hábiles mmm me suena pero no me sale de dónde!!! Las carcajadas sonaron mucho esa mañana en el aula de la esquina del pasillo izquierdo de la planta alta...
    Mi secundaria transcurrió durante el proceso, así que vimos algunos detalles que por entonces nuestros ojos adolescentes quizás no comprendían mucho pero que años después algunas cosas se harían nítidas con tanto revisionismo. Entonces, al recordar cuando iba a primer año que ingresaron unos hombres vestidos con ropa oscura, que sin dar explicaciones entraron a una de las divisiones de 5º año y se llevaron a un alumno, una no entendía nada, y por supuesto, nadie dijo nada. La escuela era nacional, por lo tanto, territorio de la Nación, de la Junta de Gobierno, que no era por cierto, la junta de mayo de 1810... Claro que cuando se jugó la final del mundial, en esa misma escuela nos dieron permiso para cantar y festejar y saltar, porque si no, eras un holandés... en fin.
    Otro detalle de la época era la particular mirada que hacía la dirección sobre las alumnas embarazadas... dependía el estrato social, podían continuar o no cursando la escuela, claro que eran rarezas las alumnas "encintas",  en cambio hoy no asombran a nadie...
    Era la época del cabello recogido y más vale que no te atrapara “la” García Montagno en sus recorridas por los pasillos con el pelo suelto y el flequillo rebelde… yo me sacrificaba todas las noches haciéndome la "toca" para estirar mi pelo, y que quedara más o menos presentable, sí.. la toca, no era todavía la época de la planchita Gamma, pero quedaba perfecto… hasta que me agarraba la humedad claro... También era la época del guardapolvo justo a la rodilla, las medias azules, los zapatos negros…
    Hoy, con rulos asumidos, estoy del otro lado en el aula, soy la que da la clase, pero más de una vez soy la que la recibe también, los alumnos muchas veces sorprenden con sus planteos, sus ideas, sus actitudes. Si me viera la "Chocha" Briozzo, mi inolvidable profe de matemática, de quien siempre recuerdo su mirada y sus manos cruzadas atrás, a la altura de su cintura, con sus impecables faldas marrones y sus zapatos de señora muuuy mayor y nosotros mudos, porque le teníamos esa mezcla de miedo y respeto… y si llegaba a susurrar media palabra ella me decía... ¿qué le pasa señorita Corbella? con su voz algo gangosa... decía, si me viera en alguna de mis clases, donde hay un aparente caos porque se debate, se discute, se piensa, se escribe, se habla y se van formando librepensadores a quienes tengo el privilegio de acompañar y ver crecer y madurar... se caería de espaldas seguramente pero antes me diría... “señorita Corbella, ¿qué es este desorden?” La misma frase que me decía cuando me entregaba mi evaluación donde la mayoría de los ejercicios estaban mal... 
    El Carbó también me recibió como estudiante del profesorado de Castellano, Literatura y Latín, ya tenía decidido desde siempre lo que quería hacer, después de descartar por cierto arqueología, veterinaria, monja, actriz y alguna más que no recuerdo ahora…
    Cuando voy a Córdoba en el bus diferencial, su recorrido transita por la avenida Colón y mi mirada se posa en el centenario edificio y la mente se va, por instantes, a momentos bien atesorados, bien nítidos de mi lejana secundaria y veo a los actuales alumnos entrando y saliendo, sentados en la misma escalera de la foto, y me pregunto si las viejas paredes, los pisos de madera, los añosos árboles, los pasillos interminables serán disfrutados, saboreados, capturados como propios, como los guardianes del tiempo más hermoso...
    Carbó Carbó, que grande sos...
    Mi humilde homenaje a esa promoción 82 de 5º 2º, a todos los nombrados y a los que no… y a vos, escuela querida!!!!

Silvia C.

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