menos, al final el
resultado es el mismo: negociar en estos tiempos posmodernos no es cosa
sencilla y si no, baste observar el crecimiento poblacional de gente solitaria
por encima de la gente gregaria, que no es lo mismo que vinculada... ¡para más datos hasta yo tengo un blog! y quizás se convierta en la premonitoria venganza de un vínculo
muy intenso pero también muy oscuro. Y ya se sabe, cuando la oscuridad todo lo
invade, se impone con desesperación que aparezca un haz de luz. Ahora bien,
¿quién puede ver el sol? ¿y quién ve el espejo? Entonces, ¿vemos lo que
queremos ver realmente? A todo esto, por dónde íbamos? Sí, negociar. Diría Sor
Juana, ¿quién es más culpable, la que peca por la paga o el que paga por pecar?
Hombres necios que acusáis… Uno de mis vínculos tiene en su estado del msn una linda
frase, que versa más o menos así: las cosas no valen por el tiempo que duran sino
por las huellas que dejan. Sabido es que los caminos con insondables e
inescrutables y por demás heréticos si se transitan a solas y a oscuras pero
entonces ¿por qué tantos peregrinos deciden la soledad como el camino más
seguro? ¿Es porque no hay otra bifurcación o porque el temor invade e
inmoviliza? ¿Comprometerse es resultado
garantido de sufrir? ¿Se tiene la plena certeza de que no nos bañaremos dos
veces en las aguas del mismo río? ¿Perdemos dos veces a la misma persona?
¿Amamos dos veces de manera inmutable? ¿Miramos dos veces la misma imagen?
Seguramente que no, entonces… es posible rodear, cercar, limitar, dosificar la
capacidad de amar? A todo esto, ¿alguien sabría decir si es posible amar en los
tiempos posmodernos? Y más aún, ¿a
cuántas personas le soltó Ud la mano en lo que va del día? Ah está contando eh? Hagamos como los caracoles... vayamos despacito y haciendo contacto con el que está al lado y no del otro lado... si?
Silvia C.
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GRACIAS POR PASAR Y DEJAR HUELLA